Hace varios años se comercializaron una serie de utensilios
electrónicos destinados a la recreación, desde las consolas hasta los
ordenadores. Poco a poco en los parques fueron desapareciendo los niños y los
no tan niños que pasaban las tardes jugando y haciendo deporte por diversión y
relacionándose socialmente, todo ello a favor de pequeños grupos cerrados de
amigos cuya única preocupación era planear competiciones. Todo esto conllevó un
vacío de las zonas recreativas de las ciudades y la aglomeración de las
personas en sus casas.
A medida que la tecnología avanzaba y surgían formas de
socializarse a través de internet, comenzando por pequeños blogs, las
primitivas redes sociales, los servicios de mensajería instantánea y las
actuales redes sociales que abarcan todo lo anterior, las personas sufrían
cambios psicológicos, la falta de comunicación verbal cara a cara produjo un
aumento de la diversión nocturna que conllevaba excesos de drogas.
Sin embargo, estos últimos años, todo esto ha ido
disminuyendo por diversas causas, algunas serán explicadas independientemente
en otras entradas, pero la causa que en aquí quiero remarcar, es la aparición
de estos parques. Gracias a ellos y a otros factores que quizás no son tan
beneficiosos para la salud (como la excesiva preocupación por el aspecto
físico) ha vuelto a aumentar la población en los parques que, mientras hace un
poco de deporte, entre saludos y conversaciones conocen a otros volviendo a la
primitiva comunicación, el lenguaje oral.
Estos parques han producido una mejora en la salud física
dado que el ejercicio que se realiza en ellos es completamente beneficioso dado
que no exige altas cargas y que es de comprensión sencilla. Respecto a la salud
mental, provocan aumento de los procesos cerebrales en busca de la coordinación
en los movimientos y también mejoran el estado anímico de los que allí
interaccionan con otros.
En definitiva, son el nuevo lugar de ocio y deportes para
nuestros mayores, sobre todo para aquellos que se encuentran solos, y para
aquellos jóvenes que disfrutan de un tiempo libre que prefieren invertir
gastando unas pocas calorías en vez de continuar con la vida más popular.
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