Los individuos gastan o consumen su energía en la realización de
las actividades diarias, y el reposo y el sueño ayudan a recuperar esta energía
consumida y, a la vez, permiten un funcionamiento corporal óptimo.
El descanso requiere tranquilidad, relajación sin estrés emocional
y liberación de la ansiedad, por lo que el descanso no supone simplemente
inactividad; de hecho, hay personas que ciertas actividades las encuentran
relajantes.
La mayoría de las personas pueden descansar cuando sienten que las
cosas que afectan a su vida están bajo control; cuando se sienten libres de
molestias o irritaciones; cuando realizan un número satisfactorio de
actividades concretas y, por último, si saben que recibirán ayuda cuando la
necesitan.
Según los expertos, el sueño se define como: un estado de
inconsciencia del que se puede sacar a la persona mediante estímulos sensoriales
o de otro tipo; es un proceso común a todas las personas, considerado como un
estado en el cual la percepción y reacción del individuo al entorno está
disminuida y caracterizada por una mínima actividad física, unos niveles
variables de consciencia, cambios en los procesos fisiológicos del organismo
(descenso en la tensión arterial y del pulso, dilatación de los vasos
periféricos, relajación de los músculos, etc.) y disminución de la respuesta a
los estímulos.
Es esencial para el crecimiento y la recuperación del organismo. Durante
el sueño, las actividades fisiológicas decrecen; hay, pues, disminución del
metabolismo basal, del tono muscular, de la respiración, del pulso, y de la
presión arterial. Además, hay aumento de la secreción de hormonas de
crecimiento, sobre todo en la pubertad; un aspecto importante también en
procesos curativos como, por ejemplo, grandes quemados.
El sueño libera al individuo de sus tensiones, tanto físicas como
psicológicas, y le permite encontrar la energía necesaria para sus actividades
cotidianas.
Los periodos de reposo, que tienen casi los mismos efectos
beneficiosos que el sueño, son también muy importantes para todos los
individuos.
FACTORES
QUE AFECTAN AL SUEÑO-DESCANSO
Tanto la cantidad como la calidad de sueño y descanso se pueden
ver afectadas por diversos factores:
Edad:
En los primeros meses de vida, el niño duerme la mayor parte del tiempo; los
periodos de sueño disminuyen a lo largo de su crecimiento y de su desarrollo
para llegar a ocupar la tercera parte del tiempo del adulto.
Enfermedad:
Las necesidades de sueño y de reposo de los individuos varían con la edad.
Durante su crecimiento, el niño tiene una mayor necesidad de horas de sueño y
esta necesidad disminuye progresivamente hasta la edad adulta en la que se
estabiliza. En las personas mayores, la necesidad de horas de sueño no
disminuye, pero la calidad se ve a menudo modificada con la edad (sueño ligero
y frágil).
Las personas enfermas necesitan descansar y dormir más de lo normal porque
necesitan recuperar la energía gastada que implica su situación. Pero la
enfermedad en sí y las preocupaciones que supone la misma para el paciente
puede influir, alterándolo, en su patrón de sueño y descanso.
Incomodidad:
Puede derivarse de la presencia de dolor, mala postura, falta de higiene,
excesivo frío o calor, presencia de elementos como catéteres, sondas, etc.
Fármacos:
Algunos, como los estimulantes, alteran el ritmo de vigilia y sueño,
disminuyendo o aumentando el tiempo total de sueño.
Estado anímico:
La ansiedad y preocupación así como un estado emocional contrario, de éxtasis, pueden modificar la calidad y la cantidad de de
reposo del individuo al impedir la capacidad de relajarse.
Factores ambientales:
El entorno puede fomentar o impedir el descanso y el sueño. Los individuos se
acostumbran al entorno donde habitualmente descansan y duermen, y cualquier
cambio que en él se produzca, como la aparición de ruidos, puede alterar ambos
procesos.
Ejercicio:
Una actividad física moderada habitual predispone a los individuos a un sueño
reparador, un cierto grado de cansancio produce la necesidad de recuperarse. Sin
embargo, un exceso de actividad puede producir ciertas sensaciones de
incomodidad.
Alimentación y digestión:
Comidas copiosas, bebidas excitantes, ardor y acidez de estómago, o
enfermedades del sistema digestivo (gastritis, enteritis o gastroenteritis)
producen un alto grado de incomodidad.
Hábitos ligados al sueño:
Ciertos hábitos antes de acostarse (ducha, baño caliente, infusión, leche
caliente, escuchar música tranquila, técnicas de relajación, estiramientos
musculares,…) favorecen el sueño.
Horario de trabajo:
Los individuos que tienen un horario de trabajo variable tienen un ritmo
circadiano que puede estar modificado y así influir en la satisfacción de
necesidad de dormir y descansar.
DEPENDENCIA
EN LA SATISFACCIÓN DE LA NECESIDAD
Si esta necesidad no está satisfecha, pueden surgir cuatro
problemas de dependencia: Insomnio, exceso de sueño, incomodidad y fatiga.
Insomnio: Dificultad de dormirse o de permanecer dormido:
Proceso:
Los individuos, sea cual sea su edad, pueden, de vez en cuando, tener
dificultad de conciliar el sueño o de dormir. Este insomnio puede estar
provocado por la ansiedad, por una enfermedad o un entorno inadecuado.
Terminología:
-Pesadilla: Sueño enojoso dominado por la angustia.
-Ronquidos: Respiración ruidosa durante el sueño.
Exceso de
sueño: Horas excesivas de sueño:
Proceso:
Algunos
individuos parecen tener una necesidad mayor de horas de sueño durante la noche
(8 a 10 horas) así como brotes de sueño durante el día. Este sueño excesivo es
empleado a veces como mecanismo de defensa para escapar a las frustraciones de
la vida, y de la ansiedad. También ciertos desequilibrios orgánicos (endocrinos
y otros) pueden provocar exceso de sueño.
Terminología:
-Narcolepsia:
Brotes de sueño diurno
Incomodidad:
Sensación de incomodidad, de hundimiento físico o psicológico, o ambos:
Proceso:
La
incomodidad puede ser el resultado tanto de un estímulo físico como
psicológico. El miedo, la ansiedad, el dolor, el entorno nuevo, son fuente de
incomodidad para el cliente.
Terminología:
-Incomodidad:
Alteración física o sensación desagradable debida a una situación embarazosa
-Malestar:
Sensación penosa (a menudo difusa) de una alteración psicológica
Fatiga:
Sensación de pesar acompañada de un gran cansancio
Proceso:
Muchos
individuos pretenden estar o están realmente fatigados. La vida moderna es cada
vez más traumatizante, y esto queda demostrado por la consumición exagerada de
tranquilizantes para hacer frente a este ritmo. La fatiga es difícil de
precisar, y se acompaña de alteraciones poco palpables. Todas las dificultades
de la vida pueden ser una causa de fatiga, por ejemplo, un exceso de trabajo o
el agotamiento.
Terminología:
-Cansancio:
Estado de abatimiento mezclado de aburrimiento, inapetencia y desaliento.
-Agotamiento:
Gran debilidad física o moral
CONCLUSIONES
-El descanso es una necesidad esencial que mejora las actividades
que realizamos durante las horas de vigilia.
-Hay múltiples factores que favorecen o afectan al descanso produciendo un
sueño profundo o frágil.
-No está establecido un número de horas ideales, aunque se considera que el
descanso ideal se encuentra entre 7 y 8 horas.
-La privación de esta necesidad puede provocar un mal funcionamiento del
organismo y un favorecimiento de padecer enfermedades.
BIBLIOGRAFÍA:
FERNÁNDEZ
FERRÍN, C.; ET AL “Enfermería Fundamental”. 5ª Edición. Editorial MASSON,
Barcelona, 2006.
GORDON,
M. “Manual de Diagnósticos Enfermeros”. 10ª Edición. Editorial ELSEVIER.
Madrid, 2007.
LUIS
RODRIGO, M.T. “Los Diagnósticos Enfermeros, Revisión Crítica y guía Práctica”.
8ª Edición. Editoral ELSEVIER MASSON, Barcelona, 2008.
RIOPELLE L, GRONDIN L, PHANEUF
M."Cuidados de enfermería: un proceso centrado en las necesidades de la
persona. Madrid: Interamericana-McGraw-Hill, 1993.
Resumen y adaptación del trabajo sobre las necesidades humanas para la asignatura “Fundamentos
Metodológicos de la enfermería”, Universidad de Valladolid. Recopilación de
datos y desarrollo del trabajo: Ignacio, Jorge, Enrique y Marcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario